sábado, 22 de febrero de 2014

Trabajo estacional y turismo

Esperanza (Espe para los amigos) ha sido hasta hace poco compañera de piso de una amiga de mi novia, y es una chica un tanto peculiar, pues se jacta de trabajar sólo seis meses al año, en los cuales saca lo suficiente para vivir todo el año. Tiene lo que en hostelería se llama un trabajo fijo discontínuo, como relaciones públicas de un conocido grupo de hoteles en la Costa del Sol. Ella es feliz así, y en su empresa están encantados con su forma de trabajar.

Consiguió el trabajo dice, en un curso de formación que realizó en hotel training y que por lo visto ha cumplido con creces lo que ella esperaba del curso a la hora de contratarlo. Ya al segundo día de prácticas, el hotel donde las hacía le ofreció un contrato de trabajo al ver su desparpajo a la hora de relacionarse con los clientes, y ver que lo mismo te organiza una cena de protocolo, que se pone a enseñar a bailar merengue a un grupo de guiris "cocíos de moriles", y que gracias a lo bien que lo pasan con ella, repiten año tras año. La directiva del hotel obviamente, está loca de contenta con ella.

Sus amigas le dicen que para la temporada baja en la hostelería, debería buscarse otro trabajo, pero ella no encuentra motivos, pues gana lo que necesita para vivir y durante el invierno no encuentra un trabajo tan divertido y estimulante como el que durante la temporada media y temporada alta, realiza en el hotel. De hecho el grupo de empresas propietario del hotel, le ha ofrecido trabajar en otros sectores de actividad para ese mismo grupo durante el invierno, y ella lo ha rechazado, porque no es tan divertido.

El hotel le ha subido el sueldo, a condición de que no se busque otra cosa en Invierno.

¡Vivir para ver!

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