miércoles, 28 de mayo de 2014

Lucir un cuerpo perfecto en verano

Para hacer turismo, creo que los destinos con playas son todo ventajas: buen clima, gente simpática, la posibilidad de disfrutar del mar, de la brisa, de la arena, de las olas...

Y si además eres aficionado a los deportes acuáticos, tendrás la ocasión de hacer surf, vela, piragüismo, bodyboard, kitesurfing... o simplemente nadar o  hacer submarinismo.

El mar y la playa también tienen otros atractivos inherentes, tales como los chiringuitos, las comidas playeras, y las chicas y chicos en bikini, tanga, topless, o sin ropa en las playas nudistas.

Yo que vivo en una población turística con kilómetros de playas, soy una usuaria habitual de las mismas y aprovecho cualquier hueco u ocasión para bajar a tumbarme sobre la arena y darme un buen baño.

Me gusta observar a la gente cuando estoy en la playa y nunca he podido evitar admirar a esas otras chicas que toman el sol luciendo unos cuerpos espectaculares. Y sobre todo, yo envidiaba una barbaridad a las mujeres que hacían topless y mostraban orgullosas unos senos perfectos, que todo el mundo se volvía a mirar...

Siempre fui una chica delgadita, como yo suelo decir, con el cuerpo “a medio formar”. En el colegio, todos los niños se reían de mía porque tenía muy poco pecho y me llamaban “la plana”. Lloré mucho y siempre sentí mucho complejo.

Un día me decidí que quería cambiar mi situación y a sentirme mejor conmigo misma, así que decidí operarme. Mucha gente no estaba de acuerdo y mi madre se llevó un disgusto, porque pensaba que yo era preciosa y que no me hacia falta, pero claro, las madres nunca son objetivas, eso lo sabemos todos.

El caso es que busqué por internet (yo no conocía ningún centro de cirugía estética y me daba miedo ir a cualquier sitio y que no me dejaran bien), y los que más me convencieron fueron los de Clínicas Diego de León.

Les pedí cita, y después de una completa entrevista inicial, me decidí a seguir adelante.

No os imagináis la felicidad que siento hoy, varios meses después, cada vez que me miro en el espejo. Soy justo la mujer que siempre soñé ser, y salvo que me conocieran de antes, nadie podría averiguar que me había operado. Mi pecho quedó perfecto e increiblemente bonito. Fue maravilloso  ir a la playa y ser a mí a quien se volvían a mirar. Nunca más tuve envidia de las otras chicas.

Me encantaría ver ahora quién ríe el último ahora, si un día me encontrara con aquellos malditos niños del colegio que se reían de mí porque yo era plana...





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